2. Lurik

El ático de mi padre en el centro de la ciudad es increíblemente más grande de lo que uno puede llegar a imaginarse, es lujoso y con una decoración minimalista y exquisita. En verdad, adoro este lugar, menos hoy.

La planta principal, donde suele estar el salón, se encuentra decorada con telas rojas y negras; el sofá, la televisión y el resto de mobiliario ha sido reemplazado por varias mesas repletas de copas con un liquido rojo oscuro –aventuro, sangre- y, por cortesía hacia mi, unas diez bandejas con aperitivos comestibles.

La sala está repleta de gente vestida de negro y rojo, hablando entre ellas y, aunque hay más de veinte personas, el murmullo es casi inaudible. Sé que son vampiros y lamias, lo sé, porque la mayoría forman parte del consejo de mi padre.

En el trayecto hacia aquí, mi padre ha tenido el detalle de explicarme el porqué de esta reunión. Quieren conocer a su futura reina. Definitivamente, genial.

En cuanto entra mi padre, todo el mundo queda en silencio y giran para verle. Asombrosamente todos son de una palidez inhumana y una belleza sobrecogedora, al igual que mi padre, pero no me sorprende.

Siguiendo a mi padre, voy siendo presentada a todos los reunidos, que me responden con una corta reverencia y una forzada sonrisa. No se ha de ser realmente inteligente ni vampiro para darse cuenta de que no soy del todo aceptada.

Luego de unos quince interminables minutos, i padre se pone a charlar con un grupo de hombres y, aprovecho para escabullirme. Tengo hambre, supongo que por los nervios de ser la única persona con sangre y, seguramente, con un cartel en la frente de luces de neón que incita a: muérdeme, tengo sangre.

Cojo varios canapés y entonces noto una mirada. Una sensación de cosquilleo inconfundible. No es la primera vez que lo siento y, lentamente me giro hacia mi espalda, en busca de esa mirada. Y hay esta él.

Pelo negro como la noche y corto, ojos de un increíble verde esmeralda fijos en los míos, una sonrisa de medio lado, traviesa y un elegante caminar, en mi dirección. Mi amor platónico de infancia y no tan secreto como querría. Lurik.

Noto como se me suben los colores, como siempre en su presencia. Recuerdo que me enamore de él a los seis años y, asombrosamente, el de mí, cuando tenía diez. Sus padres eran amigos de los míos y, por desgracia para nuestro amor, todo el mundo sabía de nuestros sentimientos.

Aunque nuestro amor era reciproco, nunca llego a cuajar. Nos veíamos al principio en reuniones familiares dos veces al año. Con el paso del tiempo, fue pasando a una vez cada dos años y hasta que empecé la universidad, y deje de verlo.

-Shawn…cuanto tiempo sin verte. ¡Estas hermosa!-

-Lurik…tú- y enmudecí, como casi siempre me sucede ante su presencia. Me esforcé en mirarle y entonces me di cuenta. Algo estaba diferente, el no se había puesto rojo como antes.

-Tú, estas diferente...- y no pude ocultar mi tristeza.

Y rió. Una hermosa carcajada de harmónico y melodioso sonido, que me dejo sorprendida.

-Claro que he cambiado, hace varios meses que cumplí los 24 años Shawn. Ya no soy como tu.- y se me quedo mirando con cierto orgullo.

Entonces lo comprendí, ahora era un lamia. Más hermoso aun si cabe, pálido y chupasangre y, ante esa idea palidecí. No es que tuviera mido a los vampiros pero, mi madre siempre me advertía que fuera con pies de plomo ante los de su especie, sobre todo con los recién convertidos.

-Tranquila Shawn, no te morderé- noto mi rigidez.- No si no quieres- y me volvió a sonreír.

-Lo supongo Lurik- contesto devolviéndole la sonrisa.- Y que es de tu vida, hace tiempo que no te veo.-

Y comenzamos a hablar. Mientras me explica que ha acabado los estudios, nos dirigimos hacia fuera y hablamos durante horas y horas. Nunca habías hablado tanto, en realidad, casi nunca habías hablado y, ahora me siento como hipnotizada con su voz.

Me pregunto, ¿ cómo se sentirá al ser un lamia? No puedo evitar pensar que, a lo mejor, cuando cumpla los 24 sea como él…

-Lurik, ¿puedo preguntarte algo?- le digo mirando al suelo.

-Claro, lo que quieras-

-¿Qué se siente cuando se es un vampiro?-

Entonces me veo forzada a mirar sus ojos verdes, pues me coge del mentón. Inesperadamente, le tengo más cerca de lo que pensaba, nuestra proximidad me pone nerviosa y, aun más, cuando su cabeza se pone a mi altura y me dice al oído:

-¿Te gustaría saberlo Shawn?-susurra con aterciopelada voz- podría mostrártelo si es lo que deseas…-

Y ya no se qué pensar. Más bien dicho, no puedo pensar. Su cuerpo, su voz, su olor…me tienta. Quiero saberlo, pero no puedo ni hablar. Así que asiento con la cabeza.

Entonces su cabeza se acerca a mi cuello peligrosamente y, antes que pueda protestar siento como hunde sus colmillos y brota mi sangre hacia la cavidad se su boca y, al notar su lengua rozar mi piel, cierro los ojos.

Y lo siento. Siento todo. Siento un cosquilleo por todo el cuerpo, me siento fuerte, poderosa y excitada y, al mismo tiempo que él se separa de mi, abro los ojos y quedo alucinada.

Ante mi están sus ojos, esta vez de un rojo vivo. Noto su caricia por mi cara el doble de intensa y me pone la piel de gallina. Todo a mi alrededor es más luminoso, los olores más fuertes y los ruidos más intensos y, empiezo a marearme.

-¿Qué me has hecho?- pregunto confusa. Mi propia voz suena más aguda y alta.

-Tranquila, se te pasara- me silencia con un dedo.- Sera mejor que me vaya…-

En un abrir y cerrar de ojos, Lurik ya no está. Siento que todo me empieza a dar vuelas y empiezo la marcha hacia el ático. No recuerdo en qué momento me aleje tanto del bloque ni cuánto tiempo estuve fuera pero, al llegar, ya no hay nadie.

Mientras me dirijo a mi habitación, escucho voces en la cocina. Están peleándose dos personas. Mi madre y mi padre.

-¡¿Cómo has dejado que esto ocurra Uriel?! Este no era el tarto, tienes que dejar que todo ocurra como es debido…- increpa mi madre.

La puerta está cerrada, pero los oigo perfectamente. No me atrevo a moverme, para que no me oigan, sé que no debería escuchar pero…

-No es que yo quiera todo esto vida…pero me lo están exigiendo en el consejo y-

- El consejo…-bufa mi madre- ¡Es mi hija!-

-¡También lo es mía!- responde él.

-Pues no lo parece… Aun le queda tiempo, no debes presionarla ni presionar su cuerpo. Ella es lo que es y debemos aceptarlo-

- Pero es que no lo ves Oli…si sigue así, cuando asuma el mando, ¡se la comerán viva!-

Entonces me doy cuenta, ¡hablan de mí! Y sin darme cuenta me sobresalto. ¿Quién me va a comer? Entonces la puerta se abre y aparece mi padre, que me mira sorprendido y se hace a un lado.

-Lo siento, sé que no debí escuchar a escondidas…- es mejor disculparse que recibir una reprimenda. Una bronca de padres sobrenaturales asusta.

-Tranquila hija, no interrumpes na…- entonces calla. Sus ojos me miran sorprendidos, llenos de incredulidad que enseguida se posan en los de mi padre con… ¿rabia?- ¡Tú! Ya lo has hecho…-

Y sus palabras quedan interrumpidas por un chillido que se transforma en un estridente aullido. Su apariencia de diminuta humana cambia a la de una enorme loba que mira con enfado a mi padre, de espaldas a mí y, luego me mira a mi…con una mirada indescifrable y, salta por la ventana.

Intento decir algo pero, antes de que pueda ni abrir la boca mi padre me interrumpe diciéndome que me vaya.

-Pero…papa qué a…- no me deja terminar. Su mirada roja me calla y, comprendo que es mejor que me vaya sin preguntar.

Sin darme cuenta, en un santiamén estoy en mi habitación. No recordaba que estuviera tan cerca de la cocina…y mi reflejo en el espejo responde mis preguntas.

Estoy muy pálida, el pelo esta de dos tonos más claros y los reflejos rojos más acentuados. ¡Me devuelven la mirada dos ojos completamente rojos con las pupilas dilatadas! Y entonces lo entiendo…entiendo porque no me has descubierto mis padres cuando llegue, entiendo el enfado de mi madre, el porqué llegué antes a mi habitación… Comprendo la magnitud de mi petición a Lurik.


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Cap 2!! espero que os gusten..no olvidar comentarios ^^

Malinka